
Porto Petro es un encantador puerto natural situado dentro del término municipal de Santanyí. Junto a Cala Figuera son dos de los puertos pesqueros más bonitos de Mallorca.
Su nombre significa literalmente “Puerto de Piedra”, en referencia a la costa rocosa que forma esta pequeña bahía; si lo visitamos, lo entenderemos enseguida.
Tiene forma de entrante estrecho y alargado, creando un refugio natural para las embarcaciones, entre ellas los típicos «llaüts». Aunque hoy predominan los barcos de recreo, mantiene un aire tradicional gracias a sus barcas de pesca y su paseo marítimo tranquilo, lejos del turismo masivo.
Breve historia de Porto Petro
Históricamente, Porto Petro fue un modesto puerto de pescadores y lugar de intercambio de mercancías para la zona de Santanyí. También se dice que era uno de los lugares donde se recogía la famosa piedra de Santanyí.
Durante la Edad Media y el siglo XV, el puerto fue utilizado para la exportación de piedra y la importación de trigo, contando incluso con una oficina de aduanas
A principios del siglo XX empezó a atraer a veraneantes mallorquines que construyeron algunas casas de recreo, algunas muy bonitas que adornan sus orillas.
Aunque hoy hay más actividad turística, el núcleo ha sabido conservar su esencia marinera. Por suerte, no tiene grandes urbanizaciones ni hoteles altos, y se ha protegido buena parte de su paisaje litoral.

Qué ver en Porto Petro
En Porto Petro se conservan varios embarcaderos tradicionales y rampas de piedra integradas en el puerto, conocidos localmente como «escars» o «varadors». Estas estructuras servían para sacar las barcas del agua y realizar reparaciones o almacenarlas en invierno.
Aunque no son tan numerosos ni tan grandes como en Portocolom, forman parte del paisaje marinero del puerto y conservan la esencia pesquera original con pequeñas casetas de pescadores adosadas o cercanas, que todavía hoy se usan en parte para aperos y redes. La localidad invita a pasear por su muelle y sus callejuelas que bordean la costa.
Hay varios restaurantes con terrazas al mar, muchos especializados en pescado, paellas y marisco local. Hay que decir que de precio son más asequibles que otras localidades de la isla, tanto las paellas como los pescados. Aconsejamos mirar las cartas que suelen estar en la entrada y realizar una reserva si nos gusta el sitio para conseguir una buena mesa con buenas vistas. Nosotros hemos probado Ca’n Martina con una terracita al borde del mar y calidad/precio más que aceptables.
La explicación de que no está tan masificado es porque no dispone de playa; su entorno costero es perfecto para excursiones en barco, kayak o paddle surf, con rincones escondidos y aguas transparentes.
Un plan muy recomendable es sentarse al atardecer en alguno de sus miradores informales junto al puerto, para ver el reflejo de las barcas y el agua en calma. También podemos simplemente dar un paseo y disfrutar de la tranquilidad del lugar. Ideal para familias que busquen huir del bullicio.
Consejos prácticos para la visita
El aparcamiento es limitado en pleno verano, por lo que conviene llegar temprano si vas en coche. Si planeas comer allí, es buena idea reservar con antelación en temporada alta. Porto Petro no tiene mucha oferta de ocio nocturno, pero es perfecto para una cena tranquila con vistas al puerto. Si quieres moverte por la costa, muchas excursiones en barco salen directamente desde el muelle.
La visita se puede hacer en menos de una hora sino nos quedamos a comer. Aún así, su pequeño tamaño y su carácter genuino lo convierten en una visita excelente si estamos en la zona de Santanyí.
Que visitar por los alrededores de Porto Petro

Muy cerca se encuentra el Parc Natural de Mondragó, uno de los entornos naturales más conocidos del sureste mallorquín y con varias excursiones cortas muy chulas que además conectan calas como s’Amarador y Caló des Borgit, con aguas cristalinas y bosque mediterráneo. Hay área de picnic y servicios básicos.
A solo unos minutos en coche está Cala d’Or, con su arquitectura blanca de inspiración ibicenca, muchas calas de arena clara y una oferta más amplia de comercios, ocio y actividades. Mucho más masificado pero hay que reconocer que tiene su punto.
Por último un plan ideal es visitar primero el mercado de Santanyí que se celebra los miércoles y sábados de 9:00 a 14:00 en el centro de la localidad y es uno de los más bonitos y concurridos de la Isla.